insurgencias desbordadas

Redibujar el poder

Los momentos de efervescencia social son el punto visible de transformaciones que suceden de forma cotidiana y permanente. Gestos subversivos que disimulados o explícitos pueden ser disruptivos si interpelan al poder jerárquico y centralizado. Ese que se enuncia en masculino y singular. 

 

En México en el 2012 la efervescencia desbordó las estructuras de la política institucional. La agitación

formó una generación pero no en el sentido de la mera coincidencia de edad. Nació una generación en el sentido de quienes se nacen dudas en común. Conversaciones. Convocatorias. Entonces era el tiempo de la risa. 

 

¿Cómo organizarse contra el autoritarismo sin replicar sus estructuras jerárquicas y centralizadas?

 

Al tiempo de la risa siguió el de la rabia. El relato va de la huída de Peña Nieto de la Universidad Iberoamericana, al recrudecimiento de la violencia del Estado que se afirmó el día que protestó  EPN, el primero de diciembre del 2012, 1DMX. MÁS

 

 


Diversidad como horizonte de organización

Las lecturas tradicionales en torno a los movimientos sociales, centradas en la regularidad y  la estructura de las formas políticas, no logran explicar la emergencia y efectividad de movimientos desbordados... MÁS

Turquía desde México

 

Las revueltas de Gezi Park en el 2013, rompieron la soledad que imponen los regímenes de la simulación democrática. Los que a través de los medios de comunicación promueven la fantasía del bienestar económico en países autoritarios y represivos...MÁS

Filosofía insurgente

La crisis del pensamiento hegemónico contrasta con la vitalidad de las filosofías insurgentes. Filosofías que desde distintas aristas interpelan la base de nuestro sentido común-colonial y del capitalismo dominante. MÁS


EN EL TIEMPO DE LAS JACARANDAS

El teatro sin arte que se dice poder estrena en las pantallas de la simulación democrática el novelón de las elecciones. La campaña electoral está decidida de antemano por los jueces de la democracia en México, las televisoras y la narcopolítica, que para el caso son lo mismo. Las elecciones son una formalidad, uno de esos rituales de culto a la persona que sirve como pretexto para lavar el dinero del narcotráfico y justificar la burocracia electoral.

 

 

El grotesco títere que juega el papel de galán es el producto milagro de la mercadotecnia electorera, el fantoche es un conocido asesino y represor, gobernador del estado con más feminicidios en el país, vinculado al narcotráfico y al grupo que orquesta el despojo en la modalidad neoliberal. El priismo está de fiesta y a diferencia de la elección anterior el fraude no será necesario porque la elección está comprada. MÁS

ENSAYOS POR TEMA

Feminismo

Militarización y despojo


Oaxaca, México. 

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